lunes, 16 de julio de 2007

La frustrciòn del poder...o cuando no hay nada que construir.

La frustración es la madre de la violencia. Si queremos progresar como país, uno de nuestros principales objetivos estratégicos debe ser la disminución, al máximo, de todas las fuentes de frustración social. El tema es complejo y no pretendo abordarlo de manera integral. Sin embargo hay aspectos muy notorios, que pueden ser tocados brevemente. Uno de ellos es la ley, y el otro es el ejercicio del poder.

En términos generales la generación de un cuerpo de leyes que rija el comportamiento social cumple con muchos objetivos. La regulación de las relaciones entre los individuos de una sociedad, de manera de obtener el máximo de armonía es uno de ellos. El incremento de la eficiencia de la sociedad en la búsqueda de sus metas, es otro de los objetivos de las leyes. La búsqueda de la justicia, es otra de las razones por las que necesitamos una estructura legal. Pero cuando abordamos el problema desde el punto de vista del individuo de carne y hueso, que està sometido al imperio de la ley, podemos citar dos elementos que juegan un papel fundamental: el primero es la INCERTIDUMBRE y el segundo la FRUSTRACION.

La incertidumbre es un factor que toca la fibra misma que conforma nuestra naturaleza como seres humanos. Nuestro cerebro tiene capacidades limitadas. Cuando esas capacidades se desbordan, nuestro comportamiento se ve alterado. La incertidumbre es la mayor fuente de estrés en nuestra sociedad. Una de las maneras de disminuir la incertidumbre es la existencia de un cuerpo de reglas claras que nos permita asumir como cierto, que si las cumplimos, seremos protegidos por el resto de la sociedad, y que si las transgredimos, seremos castigados por nuestros actos. Cuando esas reglas no se cumplen, cuando la protección no se hace efectiva, o cuando la trasgresión no es castigada, entonces una parte importante de nuestra estabilidad emocional se ve vulnerada. El producto natural más evidente de este proceso, es la frustración.

La frustración que genera violencia.

Cuando quien ejerce el poder es el trasgresor de la ley, o peor, es el incitador natural, se genera un segundo subproducto, además de la frustración, y èste es la sumisión. La sumisión desesperanzada en unos casos, en otros, la sumisión servil. Los gobernantes en estos casos tienden solo a ver la sumisión, y nunca la frustración. Al final es esta última la que tumba gobiernos, pero a un costo muy alto. Luchemos contra el servilismo, luchemos contra la frustración. Ambos son hijos del mismo padre, el incumplimiento de la Ley…Así que desde las cosas mas pequeñas, como no obedecer un semáforo, o no pagar tus impuestos, hasta permitir que un alcalde le caiga a trompadas a un ciudadano que está ejerciendo su derecho a la libre expresión, siempre debemos luchar por que se cumpla la ley….Asi, dejaremos que nuestra energia fluya racionalmente hacia la consecuciòn de nuestros objetivos como sociedad LIBRE Y DEMOCRATICA..

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